Bergen , es la segunda ciudad más grande de Noruega. Comúnmente es conocida como la «Puerta a los Fiordos Noruegos» debido a su estratégico enclave a los pies de los fiordos más visitados.
Puerto de Bergen
Su puerto, es el más grande de Noruega y uno de los más concurridos en Europa. Increíbles veleros te darán la bienvenida en una ciudad con multitud de posibilidades.
Barrio de Bryggen
Te deslumbrará el Barrio de Bryggen. Uno de los barrios antiguos del norte de Europa, con más encanto. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Actualmente está muy ambientado al turismo, sobre todo en verano, con numerosas terrazas, restaurantes y tiendas.
Una pintoresca fachada de casitas de colores perfectamente alineadas, sobre un suelo rústico, de piedra, te invita a perderte por sus calles.
Viajarás en el tiempo entre callejones, con edificios de madera muy antiguos, como sacados de un decorado para un film ambientado en la época medieval.
Mercado de Pescado de Bergen
Justo enfrente de Bryggen, llegamos al Mercado de Pescado de Bergen. Uno de los sitios más turísticos y visitados de la ciudad. Un moderno edificio, que además, alberga La Oficina de Turismo.
Es momento de disfrutar de la gastronomía más típica nórdica, de hacer compras para llevar a casa los productos que más te hayan gustado y poder compartir con los familiares y amigos, los mejores sabores de Noruega.
En el mercado, encontrarás marisco y pescado fresco salvaje y de picifactoría (sin duda recomiendo salvaje), pescado envasado al vacío ideal para llevar a casa, conservas en lata, embutidos y sabrosas especias para condimentar los pescados .
Si no has tenido ocasión de degustar el cangrejo real en su entorno natural (conoce nuestra experiencia aquí), es momento de probar este manjar de «oro rojo».
Puedes degustar los típicos embutidos de carne de reno, un sabor intenso, pero que no puedes dejar de saborear. También la carne de ballena, típico bocado local. Un sabor agradable, muy parecido al estofado de ternera.
Existe la posibilidad de comer allí mismo, en unas mesas de madera preparadas para tal fin, con unas bonitas vistas al puerto. Pero, las mejores panorámicas de la ciudad, las podemos obtener sólo si asciendes por el funicular Fløibanen hasta la cima del monte Fløyen.
Funicular Fløibanen y monte Fløyen
Desde lo más alto puedes observar cómo la ciudad se sitúa en un valle arropada por un grupo de montañas conocido como de syv fjell, «Las Siete Montañas», entre las que se adentra un grandioso fiordo. Una imagen espectacular.
El funicular, que te eleva a 320 metros sobre el nivel del mar, fue inaugurado oficialmente el 15 de enero de 1918. A lo largo de los años se ha ido modernizando, ampliando su capacidad de 80 a 100 pasajeros con cabinas de mayor visibilidad para no perderte nada del entorno.
Una interesante construcción, que llamó nuestra atención desde el mirador y que, contemplarás desde cualquier punto de la ciudad, debido a sus 60 metros de altura, es Johanneskirken. Es la iglesia más grande de Bergen, construida en el año 1894 y uno de los mejores ejemplos del estilo neogótico de Noruega. Exterior de ladrillo rojo, muy llamativo que contrasta con un cálido interior de madera. Entre sus paredes, se aloja uno de los órganos románticos más importantes del mundo, rehabilitado por Christian Sheffle. Imponente lugar donde ir a deleitarse con los conciertos que se celebran.
Y si hablamos de Iglesias, no te puedes perder Fantoft. Entre un frondoso bosque, resurge de sus cenizas, esta peculiar construcción de madera, que no lo ha tenido fácil para perdurar en el tiempo y en la historia.
Iglesia Fantoft
Su construcción original se ubica en el pequeño pueblo de Fortún, Sogn, en el año 1.150 pero fue trasladada a Fantoft. En los tiempos más difíciles de Noruega, habitantes con grandes dificultades para sobrevivir, comenzaron a quitar partes de los edificios, para reutilizar en sus granjas. Lorange Curador, consciente de esta situación y con apoyo financiero, la reubicó en este paraje en 1883.
La iglesia, es una fiel reconstrucción de la original, ya que fue incendiada intencionadamente, en 1992, por estar construida sobre monumentos paganos. Sorprende ver la mezcla de detalles vikingos y cristianos en su construcción.
Llegar aquí, no es simplemente contemplar un bonito paisaje, es trasladarte al pasado en un viaje de 800 años de historia. Conocer que los leprosos, a pesar de tener prohibida la entrada a las iglesias, tenían su propia puerta a la izquierda del altar, para recibir la bendición. O descubrir que el crucifijo del altar fue de los pocos elementos que se pudo recuperar, tras el incendio. Impactante.
Descubrir Noruega no se limita a degustar su gastronomía, conocer su historia y deleitarte en su paisaje, es hablar de leyendas y de trolls. Unos simpáticos personajes que, como si de una invasión se tratase, podrás ver en cada rincón de su geografía.
Es por ello, que finalizo el recorrido por estas tierras, que tanto me han enamorado, haciendo honor a, quizás, lo más típico de Noruega: La historia de los trolls. Y como dije en los primeros relatos, allá cada cual con su imaginación.
¡Hasta aquí nuestra aventura!, espero que os haya gustado y os pueda servir de guía. Pero, como siempre digo, lo mas especial en un viaje para hacerlo único e inolvidable, es recorrer cada uno su propio camino.
¡Déja que sean tus pasos los que te guíen!
Nunca andes por el camino trazado pues te conducirá a donde otros ya fueron.Alexander Grahan Bell