Pasear por la noche por el casco histórico de Toledo es una experiencia que combina historia, cultura y belleza en un entorno único. La iluminación de los monumentos, el ambiente tranquilo de las calles y la rica herencia cultural de la ciudad hacen de este paseo una experiencia inolvidable.Después de contemplar el atardecer, las maravillosas vistas y degustar un delicioso y refrescante cóctel en la Azotea de Carlos del Hotel Carlos V, en el que estábamos hospedados, decidimos, sobre la 1 de la madrugada, dar un pequeño paseo (no muy largo, ya que el día había sido intenso) y sumergirnos en la magia nocturna que ofrecen las estrechas calles toledanas.
Llegamos, tras recorrer las empedradas calles, a nuestra primera parada: El Ayuntamiento y su plaza. Un edificio de estilo renacentista que comenzó a construirse en el siglo XVI, con contribuciones de arquitectos destacados como Juan de Herrera y José de Churriguera. Su fachada elegante combina elementos renacentistas y barrocos, destacándose como uno de los edificios más importantes y emblemáticos de Toledo.Cabe destacar también la Plaza del Ayuntamiento, en la que se encuentra este majestuoso edificio, corazón del casco histórico. Rodeada de calles estrechas y empedradas, la plaza no solo alberga el Ayuntamiento, sino también la impresionante Catedral Primada de Toledo y el Palacio Arzobispal.
Catedral Prima de Toledo
Sin movernos del lugar, y justo en frente, emerge imponente la Catedral Prima de Toledo. Conocida también como la Catedral de Santa María, es una de las catedrales góticas más importantes de España y un símbolo destacado del arte y la historia del país. Su construcción comenzó en 1226 bajo el reinado de Fernando III y se prolongó durante más de dos siglos, lo que le permitió incorporar una gran variedad de estilos arquitectónicos, aunque el que más predomina es el gótico.La catedral es notable por su impresionante fachada principal, sus cinco naves con capillas laterales, y su elaborada decoración interior, que incluye magníficas vidrieras, el retablo mayor y el coro, todos ellos ejemplos sobresalientes del arte y la artesanía medievales.La catedral incluye obras de artistas renombrados como El Greco, Goya y Velázquez, y alberga una rica colección de objetos litúrgicos, tapices y manuscritos. Uno de los elementos más destacados es el Transparente, una obra barroca que permite la entrada de luz natural al altar mayor, creando un efecto místico. La catedral también posee una torre imponente de más de 90 metros de altura, que ofrece vistas panorámicas de la ciudad.
Judería de Toledo
Seguimos nuestro paseo hasta llegar a la Plaza del Salvador inicio de La Judería de Toledo. Una de las más importantes y antiguas de España, con una historia que se remonta a la época romana, aunque alcanzó su apogeo durante la dominación musulmana y la Reconquista cristiana. Durante la Edad Media, Toledo fue un centro de convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos, y la comunidad judía floreció en esta ciudad. Los judíos de Toledo eran conocidos por su erudición y contribuciones a la ciencia, la medicina y la cultura. La Judería contaba con varias sinagogas, escuelas y un cementerio propio. Entre las sinagogas más destacadas se encuentran la Sinagoga del Tránsito, hoy Museo Sefardí, y la Sinagoga de Santa María la Blanca, que es un ejemplo impresionante de arquitectura mudéjar.La prosperidad de la Judería de Toledo se vio interrumpida por los acontecimientos del siglo XV, especialmente con los pogromos de 1391 y la promulgación del Edicto de Expulsión de los Reyes Católicos en 1492, que obligó a los judíos a convertirse al cristianismo o a abandonar España. A raíz de estos sucesos, muchos judíos se exiliaron, y las sinagogas fueron convertidas en iglesias o abandonadas. A pesar de estos trágicos eventos, el legado de la comunidad judía de Toledo sigue vivo en sus edificios históricos, calles estrechas y museos que narran la rica historia de la Judería.
Iglesia de Sto. Tomé
Seguimos por la calle Sto. Tomé (dedicada al Doctor Marañón, que le encantaba pasear de arriba a abajo, y que al menos una vez a la semana paraba en la famosa confitería de Santo Tomé para degustar sus dulces) hasta la llegar a la Iglesia de Santo Tomé, una de las iglesias más importantes y conocidas de la ciudad, principalmente por albergar la obra maestra de El Greco, «El entierro del Conde de Orgaz».Esta iglesia, de origen mudéjar y construida en el siglo XII sobre una antigua mezquita, ha sufrido diversas reformas a lo largo de los siglos, especialmente en el siglo XIV cuando fue renovada por el señor de Orgaz. La iglesia combina elementos arquitectónicos góticos y mudéjares, y su torre es un destacado ejemplo de la arquitectura mudéjar toledana. La obra de El Greco, ubicada en una capilla lateral, atrae a numerosos visitantes que desean admirar su arte y conocer la historia detrás de la pintura.
Cristo en la Cruz de Sto. Tomé
En la fachada, tras el sagrario del altar mayor, y a merced de las inclemencias del tiempo, se encuentra un notable crucifijo con el Cristo de Sto. Tomé cobijado bajo un pequeño tejadillo de madera y alumbrado por un farol que nunca se apaga (antaño un candil siempre encendido). Esculpido, por encargo, por Tomás Gimena tras ser destruido el anterior durante la Guerra Civil. Las manos, se dice que fueron esculpidas por el que era por entonces su alumno y discípulo Luciano Gutiérrez.Ya alargándonos en la madrugada toledana, damos nuestros últimos pasos, conscientes de que el hechizo de esta ciudad se desvanecerá con la llegada al Hotel, pues mañana hemos de volver a casa. La majestuosidad de la Catedral y la imponente silueta del Alcázar nos observan en silencio, susurrándonos historias que aún no hemos tenido tiempo de descubrir pero que seguro volveremos a buscar y explorar en esta ciudad milenaria.
Apasionado por la tecnología, el diseño y la fotografía, combino informática y creatividad en el desarrollo web. Amante de la gastronomía, el deporte y los viajes, siempre en busca de nuevas experiencias que me inspiren.