Akrotiri, ciudad perteneciente y datada hacia la Edad del Bronce (tercer milenio a.C.), fue parte de la próspera civilización minoica, que floreció en la isla de Creta y en el área del mar Egeo en general. Era un importante centro comercial y cultural en la región, conectado por rutas marítimas con otras ciudades e islas. Sepultada bajo las cenizas volcánicas, es conocida como la «Pompeya del Egeo» debido a su sorprendente estado de conservación y similitudes con la ciudad romana de Pompeya.
Civilización Minoica o Cretense
Sir Arthur Evans, arqueólogo inglés, comunica al mundo, a comienzos del siglo XX, la existencia de una desconocida civilización: La Cretense o Minoica. Gracias a sus estudios y excavaciones en Cnosos, Evans definió el perfil de una sociedad con un nivel de desarrollo muchísimo más avanzado que en la Grecia continental de ese momento.
La civilización minoica es una de las culturas antiguas más enigmáticas y fascinantes que se desarrollaron en la región del Egeo durante la Edad del Bronce. Nombrada en honor al legendario rey Minos, quien según la mitología griega gobernó en Creta, la civilización minoica floreció aproximadamente desde el 27 a.C. hasta el 15 a.C. en la isla de Creta y sus alrededores. Aunque quedan muchas incógnitas sobre esta sociedad, los hallazgos arqueológicos y las evidencias permiten formar una imagen intrigante de su vida, logros y legado.
Características Clave
Los minoicos eran conocidos por su habilidad en la construcción y el urbanismo. Sus edificios eran de varios niveles y a menudo estaban ricamente decorados con frescos que representaban escenas de la vida cotidiana, la naturaleza y la mitología. El palacio de Cnosos es uno de los ejemplos más icónicos de esta arquitectura.
La posición geográfica de Creta favoreció el desarrollo de un próspero comercio marítimo. Los minoicos construyeron una flota marítima y establecieron rutas comerciales con otros puntos del Mediterráneo, lo que les permitió importar y exportar una amplia variedad de bienes.
Los minoicos desarrollaron un sistema de escritura conocido como Lineal A. Aunque todavía no se ha descifrado por completo, se cree que se usaba principalmente para registros administrativos y comerciales.
La civilización minoica tenía una fuerte conexión con la naturaleza y la adoración de deidades relacionadas con ella. Los hallazgos arqueológicos incluyen figuras de diosas y rituales que sugieren una profunda veneración por la fertilidad y la tierra.
Los minoicos eran consumados artistas. Sus cerámicas, joyas y esculturas son conocidas por su elegancia y estilo único. Las paletas de maquillaje, por ejemplo, son pequeñas placas de piedra que presentan intrincados grabados y que posiblemente tenían un significado ritual o simbólico.
Desaparición de toda una civilización
Arthur Evans, se enfrentó a un enigma al que durante mucho tiempo no pudo dar respuesta: las causas que provocaron que en torno a 1500 a.C. desapareciera toda aquella compleja civilización.
En 1939 el arqueólogo Spyridon Marinatos publica un artículo en la revista Antiquity desarrollando la hipótesis de que la súbita desaparición de la civilización minoica se había debido a una catástrofe natural de una violencia y furia inimaginables, cuya localización se encontraba a 120 kilómetros de la costa cretense, en una hermosa isla volcánica del archipiélago de las Cícladas: Théra.
Descubriendo Akrotiri
1866. Ferdinand Fouqué. Primer hallazgo
Una nueva erupción atrae a diversos científicos a la isla de Santorini, entre muchos ellos se encuentra el geólogo francés Ferdinand Fouqué. Éste es conducido por un campesino a un pueblecito (Akrotiri) en la costa occidental, donde pocos años atrás la Compañía del Canal de Suez se dedicaba a la extracción de puzolana (roca volcánica) para la construcción del canal. Entre los escombros, Fouqué descubre dos pequeñas tumbas abovedadas, pedazos de vasijas, algunas láminas de obsidiana y dos anillos de oro. Es el primer asentamiento minoico que se encontraba, casi cuarenta años antes de los descubrimientos de Sir Arthur Evans en Cnosos, pero nunca alcanzó a calibrar la dimensión real del hallazgo que había realizado.
1870. Henri Mamet y Henri Gorceix. Casa de los Frescos
1870, Henri Mamet y Henri Gorceix, de la Escuela Francesa de Arqueología de Atenas, asumen la excavación de Akrotiri. Su labor, más metódica que la de Fouqué, les lleva a descubrir diversos edificios, uno de ellos la famosa «Casa de los Frescos». Atravesando estancias y por un pasadizo llegan a una sala más grande que las vistas hasta entonces, en cuyas paredes y ante sus asombrosos ojos, aparece el juego de vivos colores y estilizadas figuras de un fresco minoico.
Mamet y Gorceix con conscientes que los restos pertenecen a una cultura avanzada y con cierto desarrollo artístico, pero tampoco pueden datarla en el tiempo.
1967. Spyridon Marinatos. La Pompeya de la Edad del Bronce
Desde su publicación, en 1939, Marinatos había puesto sus ojos en Théra, pero no es hasta 1967 cuando toma el liderazgo de las excavaciones en Akrotiri para descubrir una auténtica
«Pompeya de la Edad del Bronce».
Un estudio sistemático del yacimiento puso al descubierto la estructura de una ciudad opulenta, con casas de dos y tres pisos, talleres, canalizaciones y desagües. Afloran también gran número de objetos (pithoi y grandes tinajas para almacenar vino, cereal y aceite). Sobre las cenizas y restos volcánicos quedó impresa incluso la silueta de muebles domésticos (mesas, camas y taburetes) que los restauradores han logrado reconstruir sobre moldes de escayola.
Pero lo que dejó maravillados a los arqueólogos fueron los exuberantes frescos que decoraban los muros de algunas casas; las estilizadas figuras de púgiles, antílopes o delfines que, dibujadas sobre las paredes con vivos colores, constituyen hoy día los iconos más representativos de la cultura minoica y que pueden ser vistos en el Museo Arqueológico de Thera o en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
El lento proceso de retirar las cenizas volcánicas con un pincel y la gradual revelación, centímetro a centímetro, de aquella magnífica obra de arte nos mantuvo en un estado de constante excitación durante semanas.
Las excavaciones de Marinatos, que se prolongaron hasta su muerte en 1974 en la propia Akrotiri, donde yace enterrado, demostraron que la ciudad pertenecía a la misma civilización minoica que se había desarrollado en la cercana isla de Creta.
Actualidad: Yacimiento de Akrotiri
En la actualidad, el yacimiento está abierto a los visitantes y se considera uno de los más importantes de Grecia. Ofrece una visión de la vida de la gente que vivía en Santorini antes de la catastrófica erupción y proporciona valiosos conocimientos sobre la cultura y la tecnología del antiguo mundo mediterráneo.
La visita se realiza a través de pasarelas elevadas que permiten una vista cercana de las estructuras y los frescos. Es una visita obligada para cualquier amante de la historia antigua.
A día de hoy, no es posible la visita por el interior de las calles, ya que debido a un accidente éstos tramos se han cerrado al público y sólo es visitable desde las pasarelas elevadas.
A medida que los arqueólogos continúan descubriendo nuevos hallazgos y las tecnologías avanzadas permiten un estudio más profundo, el legado de Akrotiri sigue creciendo y sigue siendo una ventana al pasado que cautiva la imaginación de aquellos que tienen la suerte de visitarlo. Nosotros lo hemos hecho y os lo recomendamos, así como la visita al Museo de Prehistoria de Thera donde se encuentran todos los objetos y algunos de los frescos descubiertos.
Os dejamos con un vídeo de la reconstrucción digital de la Casa Oeste del yacimiento de Akrotiri.