Considerado el segundo templo más grande de Nubia, después de Abu Simbel, se le conoce comúnmente como el Templo «Valle de los Leones», derivado por el significado «león» de la palabra el-Seboua y por su principal avenida de entrada flanqueada de esfinges y que nos recuerda al gran Templo de Karnak en la antigua Tebas.
El emplazamiento se compone de dos templos. El primero de ellos, construido en la XVIII Dinastía por el Faraón Amenhotep III. En un principio, fue dedicado al Dios Horus, pero por algún motivo todas las imágenes fueron transformadas a la representación de Amón.
Posteriormente, éste primer templo, será restaurado y ampliado por Ramsés II con las estructuras que hay delante del pilón y algunas de las imágenes de Amón deterioradas por los diversos ataques sufridos.
El segundo templo, dedicado a los Dioses Amón-Ra y Ra-Horajti, y construido por Ramsés II, es conocido como «El Templo de Ri’amesse-meryamun en el Hogar de Amón» y su estilo se asemeja mucho al utilizado por en la construcción del Templo de Abú Simbel.
El pilón, ante el cual todavía se encuentra uno de los dos colosos de Ramsés II, y que estaba precedido por otras cuatro estatuas reales, está decorado exteriormente con grandes bajorrelieves deteriorados, en los que se reconoce en uno de los lados al rey ejecutando sacrificios de prisioneros para el dios Amón y en otro, al dios Ra-Harmakhis.
El patio se encuentra rodeado de pórticos con seis pilares y colosos reales adosados. La decoración del pilón representa escenas de ofrenda a los dioses Amón-Ra y Mut a un lado, y a Harmkhis y la diosa Iusaas al otro. En la base de los muros del pórtico, como en el Rameseum de Tebas, está representada la procesión de los hijos del rey con sus correspondientes nombres. El techo del prontos está sustentado por doce pilares, la paredes de esta sala y de las siguientes están decoradas con escenas de ofrenda.
Durante la época cristiana el santuario, en el que se encuentra el nicho con las 3 divinidades (Ramsés II entre Amón y Ra-Harmakhis), fue transformado en iglesia de la cual aún podemos contemplar una imagen de San Pedro.
Una característica peculiar de éste templo y que hay que destacar en el arte egipcio, es la utilización de la simetría en sus representaciones. Esto es, si en un lado aparece un tipo de representación, en el lado opuesto aparecerá otra muy similar.
Como la mayoría de templos situados en nubia, éste también ha sido trasladado unos 2km de su emplazamiento original, evitando el deterioro que le producían las aguas del Nasser.