Su simbólica puerta amarilla, que es visible a leguas, y resalta en la chiquitita plaza de San Juan, da la bienvenida a «Perro Limón», uno de los restaurantes que se ha consolidado como gran referente gastronómico en la ciudad de Murcia.
Perro Limón: Un Bistró con Alma
Antes de esta nueva andadura y ubicación en Plaza de San Juan, Perro Limón comenzó en un modesto y multicultural barrio de San Andrés. El restaurante solía ocupar el local donde había un antiguo locutorio telefónico, y durante los primeros meses, no era raro ver a gente entrar al local intentando «recargar el saldo de su móvil».
Esta curiosa anécdota, lejos de ser un obstáculo, le dio a Perro Limón un toque desenfadado y cercano, que ha sabido conservar hasta hoy en día. Lo que en su momento fue un lugar de comunicaciones ha dado paso a un espacio donde la conversación se vive a través de las elaboraciones de sus platos.
El rápido éxito de Perro Limón no se hizo esperar, tal es así que la «Guía Michelin» destacó su enfoque innovador y su dominio de la técnica, otorgándole una recomendación «Big Gourmand», tan solo dos años después de abrir sus puertas, lo que pone, aún más si cabe, en valor la cocina de «fusión global» que nos proponen los chefs María Crespo y Miguel Ángel Albadalejo.
Tras la Puerta Amarilla
Cuando cruzas la «puerta amarilla» no solo encuentras un bistró desenfadado, sino una cocina que combina tradición, modernidad y una exploración constante de nuevos sabores.
Su ambiente relajado y acogedor hace que tanto el comensal ocasional como el que repite asiduamente se sientan parte de una experiencia que combina lo mejor de varios mundos.
Los detalles de su decoración y la energía vibrante del equipo, que rezuma simpatía y cercanía con los comensales, crean una atmósfera donde, prácticamente todo tipo de disfrute posible (sensorial, estético, social, emocional…) está garantizado.
Perro Limón: Platos que enamoran
Perro Limón nos invita a un viaje culinario por distintas culturas. Un viaje, desde la cocina hindú hasta la nipona, donde se fusionan sabores, técnicas de elaboración y cocina tradicional manteniendo el enfoque en la calidad del producto para seguir enamorando a los paladares más exigentes.
Su nueva carta, escueta y concisa («Bocados del Mundo» y «Algo más Serio»), pero no menos cautivadora, ofrece una experiencia culinaria que destila creatividad en cada plato, invitándote a saborear algunos de sus platos icónicos de ambos mundos: Lariz («Huevos rotos con atún rojo» y «Tableta de Foi») y Perro Limón («Nigiri de Pato» y el «Chilli Crab»), así como nuevas incorporaciones como el «Dumpling de Papada» o el «Curry Verde con Calamar a la Andaluza».
Este hecho refleja el deseo de María y Miguel Ángel por seguir innovando e incorporando nuevas creaciones pero manteniendo sus imprescindibles. Además, la carta será renovada cada tres meses. Esto me encanta y lo veo genial, pues de este modo siempre habrá un aliciente para volver a visitarles y disfrutar.
Degustando Perro Limón
En nuestra visita a Perro Limón, tuvimos el placer de probar una selección de platos de su carta donde se refleja perfectamente su propuesta de cocina fusión. Pero si no te decides por la carta, dispones de un menú degustación «Menú Origen» por 65€ que está compuesto por 6 entrantes (snacks), dos principales y dos postres.
Os puedo asegurar que cada plato fue una experiencia espectacular, combinando sabores y texturas que nos dejaron totalmente maravillados.
Comenzamos, como ya es costumbre, con nuestro tradicional Vermut Rojo acompañando por un snack de bienvenida de hummus con pimentón y un sabrosísimo pan de masa madre. Delicioso!
Bocados del Mundo
Pasamos a la sección de la carta «Bocados del Mundo», comenzamos con un Cristal de Ceviche de Lubina relleno de mantequilla de boniato. Elaboración delicada y visualmente bella. La textura crocante del cristal contrasta con la suavidad del relleno, el ceviche aporta un toque fresco y cítrico que equilibra perfectamente los sabores. Una obra maestra de la ingeniería gastronómica.
Continuamos con otro plato de esta sección, un Boquerón frito relleno de Pesto de Pistacho con una mayonesa de lima kaffir, limón encurtido y huevas de trucha. Una combinación totalmente inesperada, pero a la vez gratificante y sabrosa con el relleno del pesto que combina a la perfección lo salado con el crujiente de la tempura. Fuera de lo convencional. Sorprendente.
Algo más Serio
Seguimos degustando la carta, pero ya nos vamos a «Algo más Serio», y más concretamente con el Puntalette de Centolla, mayonesa de lima kaffir y ramitas de eneldo. La textura cremosa del puntalette (pasta en forma de arroz o piñón) y el delicado sabor de la carne de la centolla, crean un equilibrio entre los sabores del mar y los matices de la pasta con el frescor de la mantequilla que te va a volver loco. Plato de Sobresaliente!! Locura total!!
Para armonizar estos platos decidimos pedirnos un par de copas de blanco de «Canto del Cuco». Vino blanco joven, de autor, de la D.O. Ribeiro, elaborado por Lagar do Merens (Arnoia) Ourense. Se trata de un coupage de variedades autóctonas Albariño, Treixadura y Godello. Presenta un color amarillo pálido con reflejos verdosos, limpio y brillante, que denota su juventud. Notas de frutas blancas como la pera y la manzana, acompañadas de sutiles matices cítricos y florales, sedoso en boca gracias a su crianza sobre lías, con un final persistente y delicadamente mineral, típico de los vinos de la región de Ribeiro. Todo un descubrimiento.
Terminamos con un Chili Crab de cangrejo azul y salsa picante acompañado de unos rollitos vietnamitas. El chili crab fue una explosión de sabor. Su salsa picante se complementa perfectamente con los rollitos, que aportaron un contraste crujiente y fresco. Un plato que te transporta directamente al paraíso. Literalmente de «toma pan y moja» y para «chuparse los dedos»… jajajaja… Para caerse de espaldas. Plato top!
Postre
Finalmente llegan los cafés (Asiático y Belmonte) para terminar degustando uno de los postres estrella de Perro Limón: el Cinnamon Roll. Un delicioso bizcocho de canela, creado en la década de 1920 en Suecia y Dinamarca, cocinado en vino moscatel y brandy, crujiente y esponjoso a la par gracias a lo bien empapado que iba en su salsa, acompañado de un helado de mascarpone que aporta frescura, haciendo de cada bocado, una auténtica delicia. Exquisito!! El broche perfecto a nuestra velada.