En la actualidad, New York conserva la esencia de cada uno de los apodos con la que se la ha conocido en sus casi cuatro siglos de historia. Y es que la ciudad, a pesar del paso del tiempo y de los cambios que obviamente se producen, no ha perdido su esencia.
New York
El Crisol
El primer apodo que la define muy bien es El crisol, referido a la variedad étnica e idiomática. Apodo que ya en 1908 difundieron en sus obras numerosos escritores, como Israel Zangwill. Este crisol de culturas continua, a día de hoy, patente en la ciudad. Ciudadanos de todas las razas, idiomas, costumbres y religiones que conviven, aparentemente, en armonía en sus cinco distritos o boroughs (Manhattan, Brooklyn, el Bronx, Queens y Staten Island).
Moderna Gomorra
“La moderna Gomorra” es el apodo que utilizó el reverendo Thomas De Witt Talmge, referido a la vida pecaminosa y criminal de la urbe. Nos encontramos con una ciudad más moderna y contemporánea en la que todo es posible. Desde hace tres años han legalizado la mariguana en New York. Puede impactar ver a turistas fumando esta sustancia junto a los agentes de policía, extrañados de su pasividad, como si de un desafío a la autoridad (para ellos) se tratara. Contraste y choque cultural al que no estamos acostumbrados.
Los neoyorquinos y turistas se fuman su “porro” mientras pasean relajadamente por la ciudad, añadiendo a la gran manzana un nuevo aroma a su ya característica «fritanga» de comida callejera.
Este olor y contemplar estos actos en la vía pública puede resultar impactante o incluso desagradable, dependiendo de los ojos con los que se mire y el aperturismo cultural que nos defina, pero no hay que olvidar que es parte de la identidad de una ciudad en constante evolución. Una ciudad que tal vez gira a más velocidad que el resto del planeta.
Metrópolis & Gotham
También se la conoce como “Metrópolis” en el día y “Gotham” en la noche, considerándola como una ciudad de locos. Término que se utilizó posteriormente en las aventuras de Batman para referirse a la oscuridad y tenebrosidad de la ciudad.
Es cierto que la metrópolis que observamos durante las horas de sol se transforma en la noche. Pero nuestra experiencia no ha sido tenebrosa, todo lo contrario. Eso sí, hemos evitado el metro en horas sin luz y hemos disfrutado de las hermosas vistas, de sus rooftops, de sus restaurantes, de los espectáculos y las decoraciones navideñas que la ciudad ofrece en estas fechas. Si en el día es bella, en la noche es aún más espectacular.
Gran Manzana
Dejamos para el final, las expresiones más conocidas en la actualidad: “La ciudad que nunca duerme”, “la gran manzana”, “capital del mundo”, “la ciudad de los rascacielos”…
Si la has visitado hace años, y tienes la oportunidad de regresar, al alzar la vista a la inmensidad de sus edificios, te das cuenta de que todo sigue igual, pero al mismo tiempo sientes que algo ha cambiado. Tal vez los edificios son más sofisticados, con más tecnología, con diferente iluminación, pero con la misma esencia de antaño.
Los edificios emblemáticos, como el Empire State, no ha pasado de moda, lo han actualizado y reformado para que sea más eficiente y atractivo de visitar. Las nuevas construcciones como el edificio Summit, tan en tendencia en el mundo de redes sociales, da ese toque de modernidad a la urbe. Tradición y modernidad comparten escenario haciendo de la grandeza y el espectáculo su máxima.
La ciudad de los rascacielos te deja absorto y maravillado, contemplando una belleza sin igual desde cualquier perspectiva: alzando la vista cuando caminas entre sus calles, contemplando la vida de la ciudad desde parte más alta de los edificios, paseando por el pulmón de la ciudad, contemplando su incomparable skyline… Es indescriptible la sensación de grandiosidad.
Post y Rutas
Durante seis días de estancia en esta fascinante ciudad, hemos hecho un recorrido muy completo, por los enclaves más significativos.
Rutas
- New York en Navidad
- Luces de Navidad en New York
- Contrastes New York
- 5th Avenue
- Central Park
- New York: Memorial 11S & Wall Street
Hotel
Post Historia
Restaurantes
Esta ciudad de locos, de cuerdos, de luces, de sombras, de rascacielos, de aperturismo, de consumismo, de construcciones imposibles, de casitas de cuento, de escenarios de cine… nos ha enamorado. La ciudad de los contrastes, sin duda, deja huella.
Nueva York tenía toda la iridiscencia del origen del mundoF. Scott Fitzgerald