El restaurante Kampa Park, es uno de los más románticos que se pueden visitar en la ciudad de Praga. Situado en el extremo de la isla de Kampa junto al río Moldava, en Mala Strana, es de los pocos lugares donde podrás disfrutar de unas extraordinarias vistas al Puente Carlos.
Si has imaginado el lugar idílico para una cena romántica, donde una tenue luz de velas os envuelva en un pequeño halo de intimidad flanqueado por una de las estampas más bonitas que podamos admirar en la noche de Praga, tu sueño se ha hecho realidad.
No sería extraño encontrase con alguna que otra celébriti en alguno de sus muchos salones que dispone el restaurante, ya que es visita obligada en la ciudad.
Servicio amable y atento. Desde el momento que haces presencia en la entrada la chica te recibe con una gran sonrisa y simpatía. En invierno, los abrigos, como fue nuestro caso, son recogidos y llevados al guardarropa para que no tengas que preocuparte de ellos y puedas estar totalmente cómodo. Y si por algún casual, una vez que estás en la mesa tienes un poco de frío, disponen de pequeñas mantas que te ceden muy gustosamente para que puedas utilizarlas.
A través de su cocina, los Chefs Milan Sedlák y Marek Raditsch nos ofrecen una carta amplia de buenos productos y un menú degustación junto a una interminable e interesante lista de buenos vinos.
Comida muy bien elaborada y de buena calidad, aunque para el lugar y la presencia que tiene el restaurante esperaba algo más. No descubrí nada nuevo en texturas o sabores que no pudiera encontrar en otro restaurante de la misma categoría.
La calidad sobre el precio, aunque un poco elevada, es acorde al lugar y emplazamiento en el que nos encontramos. Carencia o pequeña mancha suavizada por el mero echo de poder disfrutar de sus magníficas vistas.
Sin lugar a dudas, y como siempre digo, si te lo puedes permitir, no puedes irte de ésta ciudad de ensueño sin haber estado en el restaurante Kampa Park.