El Cairo, la mayor urbe Africana, capital de Egipto. Una ciudad en la que reina un caos muy estructurado de luces, sombras y misterio, ya que es el epicentro del poder y del lujo extremo pero paradógicamente también de la pobreza. A su vez es uno de los enclaves turísticos más enigmáticos, pues sobre las arenas de su desierto yergue impoluta al paso de los siglos, una de las siete maravillas del Mundo Antiguo: las pirámides de Keops, Kefren y Micerinos.
El Cairo
La soledad del Nilo en su recorrido por el país atravesando las arenas del desierto, con la exclusiva y silenciosa compañía de templos faraónicos, cocodrilos y exuberante vegetación africana, en El Cairo es interrumpida por el bullicio de la vida de una gran ciudad.
Hotel Sofitel El Gezirah
Aquí el Nilo no está solo. En su rivera se elevan imponentes edificios centros de negocios y los hoteles más lujosos de la ciudad. Nosotros nos alojamos en el Hotel Sofitel El Gezirah. Con un privilegiado enclave en el extremo sur de la isla Gezira, junto al centro de la ciudad y Zamalek.
Cruzar las puertas de este hotel es como llegar a un mundo paralelo. Un lugar en el que el lujo y el confort son sus máximas expresiones. La melodía de un piano ameniza la espera en el hall, donde pudimos observar a grandes jeques árabes, tal vez hablando de negocios y rodeados de varias esposas ataviadas con el tradicional burka. Una imagen que impacta.
El desayuno, incluido en la estancia, se convertía en un momento especial, pues nunca había consumido la miel directamente desde un panal de abejas.
Sus bares y restaurantes son impresionantes escenarios. Un paseo privado, envuelto en vegetación a orillas del Nilo te conduce a un fascinante restaurante. Aunque tal vez pagamos la novatada en este, nuestro primer viaje, y cometimos el error de no disfrutar de su gastronomía. Como anécdota os diré que una noche recorrimos una avenida sin fin en busca de una hamburguesería. ¡Un delito que no hemos, ni volveremos a cometer!
Sus Calles
Esta obtentación llevada al extremo, convive con la máxima pobreza de sus habitantes. Es aquí cuando dejamos atrás el destello del poder para centrarnos en una población que vive a la penumbra, a la sombra.
Los niños, ya desde pequeños, ayudan al negocio familiar, o juegan en las calles, sin dispositivos electrónicos, con los únicos juguetes de su imaginación.
Esta imagen bien podría ser de algun pueblecito de España, o incluso me atrevo a decir, de alguna modesta ciudad en tiempos pasados, en los que la pobreza y el modo de vida humilde era el denominador común del país.
Pero en esta sombría realidad, siempre puedes ver un destello de ilusión en la sonrisa de su gente.
Caminar entre sus calles es toda una aventura.
Desorden; ruido estridente del claxon; pasos de peatones que tan solo decoran las calzadas; señales de tráfico sin uso alguno, que bien podían parecer parte de un decorado; farolas que iluninan de día; focos de coches que se apagan al circular por la noche y semáforos que cambian el color de su alumbrado programados como mera rutina.
Elementos resignados a ser ignorados por los usuarios, viandantes y conductores que son los únicos dueños y señores de sus reglas, de sus tiempos y de su peculiar modo de circular en un caos en el que sorprendentemente todo funciona a la perfección.
¿Qué podemos visitar?
Ciudadela
La Ciudadela de El Cairo es una fortificación islámica medieval. Ubicada en la colina de Mokattam cerca del centro de El Cairo, fue fortificada por el gobernante ayubí Salah al-Din (Saladino) entre 1176 y 1183 d. C. para protegerla de los cruzados.
Actualmente se preserva como un sitio histórico, con mezquitas y museos. No olvides llevar un pañuelo para cubrirte los hombros y unos calcetines si no quieres caminar descalzo, pues el calzado debe dejarse a la entrada.
Museo Egipcio
No puedes irte de Egipto sin descubrir los intrigantes objetos faraónicos del Museo de Antigüedades Egipcias. Más de 136.ooo objetos clasificados de las diferentes épocas: Tinita, Imperio Antiguo, Imperio Medio, Imperio Nuevo, Tercer Período Intermedio, Tardío, Helenístico y Romano.
Y aunque sobresale de otros museos por cantidad y calidad de sus elementos, me extrañó no encontrar algunas piezas tan destacables y cruciales en la historia de Egipto, como es el caso de la piedra Rosseta, la cual admiramos expuesta en el Museo Británico.
Un dato a tener en cuenta es que para fotografiar sin flash o utilizar cámara de video, hay que sacar un ticket, y para fotografiar con flash, hay que solicitar un permiso especial.
En la entrada contratamos los servicios de un guía que nos llevó a los puntos de mayor interés histórico y cultural. Fue muy amable y nos sorprendió que aparentemente no nos intentara “timar” ya que, aunque no me gusta caer en tópicos, te darás cuenta que la picaresca es la tónica habitual del país.
En cada una de nuestros gestos y expresiones, era palpable nuestra emoción y pasión por egipto y su historia, así que, el guía utilizó el mismo fervor para contarnos que conocía una perfumería artesanal en la que podíamos oler los aromas que utilizaban en época de faraones, puesto que nos aseguraba que los hacían con las mismas esencias florales.
¡El perfume que tal vez usaba Cleopatra!
Allá fuimos. La tienda preciosa, con perfumadores de cristal que bien podían ser piezas de coleccionista. Todos los perfumes van acompañados de una apasionant historia de Diosas Egipcias. Es como si las palabras, la decoración del lugar y el olfato te transportara a una aventura de las mil y una noches.
El final del cuento es que llegas a casa con un “perfume” totalmente distinto al que has olfateado y que además huele fatal. Éste fue el regalo que con toda mi buena intención hice a mi suegra, jajaja. ¡Imaginad la situación! Espero que si lee estas líneas sea conocedora del timo y no me guarde rencor.
Bazar Khan el Khalili
Y si de picaresca hablamos, podrás darte una borrachera de artimaña en cada uno de los puestos que decoran las calles del Gran Bazar Khan el Khalili. Los vendedores te abordan por la calle insistiendo sobremanera para que compres alguno de los objetos que ofrecen, hasta el punto de escuchar frases tan sorprendentes como la siguiente:
– Amigo, compra aquí que yo te engaño menos.
Puede resultar un poco agobiante la experiencia, y es una pena, porque acabas pasando ante verdaderas maravillas artesanales sin contacto ocular, para no mostrar señal alguna de interés a realizar alguna compra.
No obstante es un lugar que merece mucho la pena visitar, ya que es el bazar más antiguo e importante en El Cairo, el cual data del año 1382, y uno de los más grandes del mundo, en el que podrás encontrar artículos como oro, alfombras, joyas, cosméticos, artesanías, ropa y perfumes.
Pero si como a mí, te estresan estas situaciones , podrás encontrar entre el entramado de callejuelas angostas y laberínticas, la conocida como “Tienda de Jordi” Un bazar en el que no es necesario el regateo, ya que el precio final está fijado.
Café El Fishawy
Y si quieres ir tras la pista de escenarios de atmósfera única y novelesca, frecuentados en décadas atrás por escritores e intelectuales, antes de abandonar el bazar tendrás que hacer pausa en el“Cafe el Fishawi”
Aquí Naghib Mahfuz, el premio nobel egipcio se sentaba a escribir cada día buscando inspiración para sus tramas y personajes.
Pirámides
En este halo de misterio que envuelve cada rincón del País, llegamos a la cúspide de todos los enigmas: Las Pirámides Egipcias.
A 50 minutos del Cairo encontramos la Pirámide Escalonada de Zoser. Es la construcción más notable de la necrópolis de Saqqara, al sur de la ciudad de Menfis, y fue el prototipo de las pirámides de Guiza y de las restantes pirámides egipcias.
Pero, si existe un lugar donde verdaderamente puedes experimentar el “amor en los pies de las pirámides”, -Título de una novela de Naghib Mahfuz-, es en la necrópolis de Guiza, donde relucen bajo el intenso sol del desierto africano las Pirámides de Keops, Kefren y Micerinos y su vigilante Esfinge.
Y es que el cosquilleo que invade tu cuerpo, colmándolo de emoción cuando llegas a los pies de esta majestuosa maravilla del mundo es demoledor.
Puedes acceder al interior de una de ellas (la que esté abierta el público, ya que cierran por cuestiones de mantenimiento durante un año, rotativamente). El caluroso interior de estrechos túneles excavados en la roca te van conduciendo a distintas cavidades donde encontrarás los sarcófagos de los faraones.
¡Una experiencia única!
En realidad, la condición de la humanidad es una sola, la que nos une, a pesar de nuestras diferentes formas de pensar, en este lugar sombrío y húmedo. El Hermano, el comunista, el borracho, el ladrón…Todos somos iguales ante la muerte, ante el poder del destino inexorable.Naghib Mahfuz