Si hablamos de New York, en Navidad, lo primero que se nos viene a la cabeza son sus engalanamientos de luces navideñas por doquier ya que son una de las atracciones turísticas más populares de la ciudad. En este sentido, cada año, millones de personas visitan la ciudad sólo para ver el encendido de los múltiples y variados árboles de Navidad que nos podemos encontrar por la ciudad, las decoraciones de las plazas, jardines, establecimientos y avenidas.
Una de las rutas o lugares más icónicos o reconocidos, a parte de lo que podemos ver en la Gran Manzana, en estos últimos años es sin duda el barrio de Dyker Heights y sus decoraciones tan exuberantes que a veces llegan a ser demasiado extravagantes por la cantidad de adornos que llegan a exponer. Aún así, todo un espectáculo que no deberías perderte. Visita obligada.
Nosotros para tal fin, y aunque es posible llegar a través de la línea de metro y una caminata de 30-45 minutos, decidimos contratar la visita a través de Civitatis. La ruta consta de la visita a 3 lugares emblemáticos y de gran belleza: Hudson Yards con «The Vessel», Dyker Heights y un bellísimo final con vistas del skyline de NY desde Bridge Park en Brooklyn.
Hudson Yards
A lo largo del río Hudson, Hudson Yards se caracteriza por su distintivo conjunto de rascacielos, entre ellos, la torre de observación «The Edge», que ofrece vistas panorámicas impresionantes de la ciudad desde su altura imponente.
Una de las piezas centrales de Hudson Yards, y más fotografiada en navidad, es «The Vessel», una estructura escalonada y espiral que sirve como una escultura arquitectónica interactiva. Los visitantes pueden ascender por sus plataformas (acceso cerrado a día de hoy por problemas con la cantidad de suicidios que ocasionó) y disfrutar de vistas únicas de los alrededores, convirtiéndolo en un punto de obligada visita. No podemos olvidar el hall del centro comercial que es sin duda alguna una de las decoraciones top de New York que puedes ver y fotografiar. Un auténtico espectáculo.
Dyker Heights
Es un encantador vecindario, en el suroeste de Brooklyn, conocido por sus exuberantes decoraciones navideñas que transforman sus calles en un espectáculo de luces y festividad durante la temporada festiva. Este hecho hace que se convierta en uno de los destinos imperdibles para los amantes de las luces y las decoraciones navideñas.
Las extravagantes exhibiciones de luces en las fachadas de las casas, acompañadas de elaborados adornos y figuras animadas, atraen a visitantes de toda la ciudad y más allá. Este fenómeno, conocido como las «Luces de Dyker Heights», se ha convertido en una tradición local que atrae a multitudes de espectadores cada año.
Lucy Spata
La historia de las «Luces de Dyker Heights» comenzó en la década de 1980, cuando Lucy Spata, conocida cariñosamente como la «Reina de las Luces de Dyker Heights», inspirada por la tradición italiana de decorar de manera extravagante durante las festividades, decidió llevar esta práctica a su comunidad. Con el tiempo, ya que en sus inicios no fueron bien recibidos, su creatividad contagiosa y su amor por la Navidad se extendieron, convirtiéndose en una tradición colectiva que involucra a numerosos vecinos que compiten de manera amistosa por crear las exhibiciones más impactantes.
La visión de Lucy Spata ha trascendido las fronteras del vecindario, atrayendo la atención de medios de comunicación y turistas que llegan para admirar el resplandor navideño de Dyker Heights. El recorrido por las «Luces de Dyker Heights» se ha convertido en una tradición anual para muchas familias y ha contribuido a forjar la reputación del vecindario como uno de los destinos navideños más destacados y de obligada visita. La verdad es que no lo desmerece, pues hay decoraciones muy bellas.
Brooklyn Bridge Park
Este parque, situado a lo largo del borde de Brooklyn con vistas impresionantes al skyline de Manhattan, ha transformado antiguos muelles industriales en un vibrante centro comunitario que fusiona naturaleza, recreación y cultura de manera magistral.
La promenade, una amplia vereda que bordea la costa, es una delicia para aquellos que buscan caminar, trotar o simplemente relajarse mientras disfrutan de las vistas panorámicas del puente, el río y el skyline de Manhattan. Además, el parque alberga una gran variedad de restaurantes y cafés, convirtiéndose en un destino gastronómico donde los neoyorquinos y turistas pueden disfrutar de una comida al aire libre con vistas espectaculares.