La riqueza histórica de Maldivas es aunque algo misteriosa y desconocida, apasionante. Por eso, además de tener la posibilidad de viajar a este paraíso, de idílicas cabañas de madera construidas sobre las intensas tonalidades azuladas del Índico, para relajarte como un turista de lujo, también puedes sentirte afortunado de tener el lujo de disfrutar de un país singular, único e inigualable en el mundo, misteriosamente habitado en toda su extensión por almas de otros credos anteriores a cualquier datación conocida.
Origen
Las Maldivas tienen su origen geológico en una cadena montañosa oceánica de origen volcánico, extinta, que surgió hace millones de años. Pero su origen cultural, si bien no se remonta a tiempos tan prehistóricos, si nos muestra pruebas de vida y culturas anteriores a lo que pudiéramos suponer e imaginar.
Pirámides y templos ocultos, esculturas hindúes y budistas, historias inconclusas de una amalgama cultural de adoradores de diferentes dioses que, de la noche a la mañana, se convierten al islam, ¿el motivo…?
Está escrito en las tarikh (libros de crónica estatales, escritos en caracteres divehi sobre finas hojas de cobre en forma de libro, anteriores a las letras árabes) que en tiempos del último rey no musulman, allá por el año 1153, Dios quiso que llegara a estas islas un viajero llamado Shaikh Yúsúf, el cual instó a los isleños a convertirse al islam, pero no lo consiguió en un principio. Sin embargo, según cuentan las crónicas, este individuo hizo algo grandioso para las islas, pues con sus oraciones los liberó de un temido y colosal demonio o jinni, que por aquellos tiempos mataba a mujeres vírgenes.
Una vez librados de este mal, gracias a las milagrosas oraciones de este recién llegado, el rey, no tuvo más remedio que convertir su fe al islam a la vez que envió emisarios a los distintos atolones del país, para que todos los habitantes, conformes o no, se convirtieran a la nueva fe, que desde ese momento sería la única en todo el país hasta el día de hoy.
Es un hecho que se encontraron cráneos de mujeres que fueron asesinadas, también lo es, que por aquella época existían numerosos rituales de algunas tribus que hacían estás prácticas en otros países. Quién sabe si fue la mano del hombre, de tribus, de sectas, de demonios… sea como fuere, la creencia de la liberación del mal, les llevó a ser fieles de esas palabras milagrosos del Corán que dicho “emisario del destino” había versado.
Hoy día, el fanatismo religioso en el afán de ser poseedor de la única y gran verdad, ha intentado borrar las huellas de un pasado diferente y se han enterrado esos resquicios del ayer. Pero, a lo largo de esta larga cadena de atolones, se han encontrado entre la vegetación y bajo las arenas, pruebas de la existencia de pueblos adoradores de otras culturas, como han sido los adoradores del sol, hindúes y budistas, que en época anterior a cualquier datación de la navegación histórica, incluso mil años antes de los tiempos de Colón, llegaron a estas islas, y aunque primitivos, tenían grandes conocimientos de navegación y arquitectónicos.
Algunos datos constatables, prueba de esta diversidad cultural, son las innumerables estructuras piramidales que se han encontrado, cabezas de buda, esculturas de leones, grabados del sol, figuras fálicas, símbolos decorativos con la flor de loto… y las misteriosas y apasionantes leyendas de antiguos habitantes a los que se les conoce como pueblo redin y pueblo león.
Otro dato curioso es el hecho de que en las grandes mezquitas actuales, los fieles tienen que adoptar una posición diagonal en su rezo, pues la construcción no tiene orientación a la meca. Esto es debido a que el templo originario estaba orientado para adorar al astro solar, por lo que se piensa que la mezquita, estaría construida sobre un antiguo templo.
Algunas de estas huellas se exponen en el museo de Male, si bien tristemente para la historia, se han destruido y desaparecido muchas otras.
La amalgama de culturas se hace además manifiesta con los tres sistemas diferentes de calendarios que se han utilizado. El año moderno, tal y como lo conocemos con los meses de enero a diciembre, el calendario lunar islámico y su propio calendario solar utilizado para la agricultura y la pesca.
Dhoni, influencias egipcias
Pero si hay algo característico y único en este archipiélgo para el desplazamiento entre islas, que también refleja influencias de otras culturas anteriores, es el dhoni, una embarcación con una curiosa proa revirada hacia arriba y terminada en forma de abanico, característica de los antiguos egipcios.
Tesoros del mar. Conchas Cauri
Todos hemos lucido alguna vez un collar, pulsera, o cualquier complemento con cochas blancas y nacaradas que nos hace lucir un estilo isleño especial, muy de moda. Además, hoy en día, son muy accesibles pues no son piezas de precio elevado, pero te sorprenderás cuando conozcas el verdadero valor, uso e importancia, de esta joya del océano, miles de años atrás.
En épocas muy remotas, la concha cauri, solía ser el artículo comercial más importante de las Maldivas y era utilizado como hoy en día lo es el dinero. Éste archipiélago funcionaba como una especie de banco o fábrica de la moneda, manteniendo el monopolio y exportando a varias partes del mundo. Los monarcas las guardaban como un gran tesoro en vida pero también en sus tumbas.
El valor de las cauri impresionó, incluso antes de la conversión al islam, a los árabes más orientados hacia los negocios. Los portugueses, coincidiendo con el descubrimiento de América, también sintieron gran interés e intentaron, sin éxito, arrebatar el monopolio a los árabes. Maldivas se convierte para los navegantes de la época en un paraíso, no sólo climatológico y de belleza tropical, sino también comercial.
La importancia de estas conchas es tal que incluso hay museos que exponen estos pequeños tesoros, lo que nos muestra que el valor e importancia de las cauri ha sobrevivido en el Índico más de tres mil años.
Siempre me han atraído estas cochas, pero me parecen todavía más fascinantes al conocer el valor que la historia les dio. Podemos lucir como reyes, por poco dinero pero con mucho valor, el de tu imaginación, porque si ya ellos las consideraban un gran tesoro, ¿por qué nosotros no?
Para profundizar más en detalles, recomiendo la lectura de “El misterio de las Maldivas” de Thor Heyerdahl, el cual ha sido mi fuente, referente e inspiración para escribir estas líneas. El autor nos relata en primera persona la aventura que vivió en estos atolones, no sin problemas y complicaciones, en busca de las piezas culturales y arqueológicas más sorprendentes de este archipiélago, para intentar resolver el puzzle de la historia de las Maldivas.
¿Lo consiguió?