«La Cabaña» del Chef Pablo González, es sin duda alguna el restaurante más laureado de toda la Región de Murcia. Situado a las faldas de la Sierra de Carrascoy, en El Palmar, es de los pocos que ha mantenido su galardón año tras año desde que se lo otorgaran en 2010 por primera vez.
El Restaurante se erige en una cabaña de estilo tropical, con una zona de terraza y rodeado de un inmenso y precioso jardín, donde el murmullo de sus cascadas y la frescura de su verde flora, te transportan al más pintoresco paisaje de Maldivas o Hawaii.
Su interior es imponente. Su techado, realizado con unas enormes colañas deja contemplar un magnífico colage entre la madera y el cañizo de mimbre que lo cubre. Para el servicio, salvo ocasión que lo requiera, no hay más de 10 mesas, todas ellas pegadas a los laterales de la estancia, consiguiendo un espacio amplio en el centro para el perfecto tránsito de camareros.
En la parte de la terraza nos encontramos con una decoración acorde, donde la madera, el mimbre y el diseño de aire tropical toma el mando para sumergirnos más aún en una de las mejores experiencias gastronómicas que puedas vivir.
Nada más cruzar el majestuoso portón de entrada, el encanto del paraje como el del servicio hacia el comensal es exquisito. Nos indican con amabilidad que el recorrido gastronómico comenzará en la terraza. Tomamos asiento y apenas dos minutos, ya nos están sirviendo los primeros snacks y aperitivos. Una delicia.
Carta pequeña con lo imprescindible, ya que lo mejor es poder saborear uno de los menús degustación. En ese aspecto, dispone de 3 elecciones (65€, 80€ y 105€), con diferente cantidad de platos para poder elegir el que mejor nos convenga. Todos ellos con la posibilidad de incluir un maridaje de la mano de su sumiller Joan Belda.
Impecables tanto sumiller, a la hora de las indicaciones y orientación en los vinos, como los camareros en presentación y servicio de platos.
La atención al comensal es muy agradable y confortable. La situación del camarero con respecto a la mesa es distante pero correcta, sin entrar a entorpecer la intimidad de la misma.
Calidad de los productos inmejorable. Tanto la elaboración como el emplatado es un auténtico espectáculo. Y en ese aspecto es donde ha acertado el chef, ya que a parte de saborear tan magníficos platos, el poder jugar y apreciar los emplatados, hacen que el comensal disfrute más. Porque no nos engañemos, el comensal de un restaurante de ésta calidad no viene simplemente a comer, para eso hay miles de lugares. El que viene, viene a deleitarse de éste tipo de creaciones y a vivir una experiencia donde disfrutarla con sus cinco sentidos.
En general, el restaurante La Cabaña te ofrece una calidad a precios muy razonables y ajustados. Si te apasiona este tipo de gastronomía, no tienes excusa para poder disfrutar de una experiencia que seguro no te dejará indiferente.