Las Islas Maldivas, un archipiélago en medio del Océano Índico, son sinónimo de paraíso tropical. Sus aguas cristalinas, playas de arena blanca y atardeceres de ensueño las han convertido en un destino soñado para viajeros de todo el mundo.
La pandemia, canceló, paralizó y dificultó cualquier intento de viajar, pero hoy, años más tarde, los puntos que tantas veces hemos señalado sobre nuestra bola del mundo, cobran vida. Podemos decir que esos atolones de los sueños, esparcidos sobre las coralinas aguas del Índico se alzan al fin, para nuestro deleite, desde las profundidades.
Al llegar, el tiempo parece detenerse mientras el océano brilla en todos los tonos de azul. Los resorts, que ocupan islotes privados, ofrecen bungalows flotantes sobre el agua, donde es posible sumergirse directamente en el mar y descubrir un mundo submarino lleno de vida y color.
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Sutiles, elegantes, discretas, pero vibrantes, a todo color histórico, cultural y paisajístico. Así son las Maldivas, el país mas plano del mundo esparcido en seiscientas millas de belleza salvaje, en forma de atolones, arrecifes de coral, bancos de arena y extensa vegetación.
Esta pausa, forzosa, nos ha desviado de nuestro mapa de ruta en tiempo y forma, pero nos ha regalado algo poco valorado a veces: tiempo. Y con él, la oportunidad de dedicarlo en descubrir los misterios culturales de las islas y la apasionante historia ancestral de adoradores de diferentes dioses, anteriores al momento de conversión al Islam del país.
Creemos necesario, o al menos así nos surge la necesidad personal, de escribir dos líneas de contenido diferentes:
- El desconocido mundo Maldivo en tiempos pre musulmanes.
- Nuestra estancia en Gili Lankanfushi.
- La Isla (Resort)
- La estancia
- Villa Suite with Pool (Habitación)
- Noche Romántica
Deseamos que lo disfrutéis como nosotros lo hemos disfrutado.
