Al norte de la isla de Ibiza, edificado sobre un acantilado, podemos encontrar el hotel boutique Hacienda Na- Xamena. Un enclave para dejarte envolver en una atmósfera de paz, tranquilidad y belleza, en un espectáculo donde la naturaleza cobra todo el protagonismo.
Destaca en su construcción el respeto medioambiental, conservando en su entorno la vegetación de pinares tan característica de la isla.
La decoración es exquisita. Resaltando, como no podía ser de otra forma , elementos naturales en todos sus rincones: piedra, madera, agua y vegetación.
El color predominante, el que mejor define la isla, el blanco.
La suma de todos estos elementos, da lugar a una ambientación perfecta, aunando la mano del hombre con la naturaleza.
Vamos a cruzar sus puertas para descubrir todos sus rincones, dejando para el final, sin duda el más especial.
Habitaciones
Las habitaciones son uno de los espacios con más encanto del hotel.
La cama es espectacular. Un colchón envolvente desde el que puedes contemplar a través del amplio ventanal, el mar, del que solo te apetece levantarte para darte un baño en la bañera de hidromasaje.
Lo mejor, sin duda, las vistas. Un privilegio contemplar el mar, con total intimidad.
Piscina
Si decides salir de la habitación, puedes darte un baño, en dos de sus piscinas. Una de ellas es interior y climatizada.
Puedes encontrar otra piscina, en el centro del complejo, a los pies del Edem lounge, un bar-restaurante donde tomar algo de beber o picar, mientras te das un baño.
Restaurantes
En cuanto a restauración, encontramos el ya mencionado Edem Lounge, algo más informal y el Restaurante Edem.
Este último, tiene mucho encanto. Está compuesto por varias terrazas situadas a varios niveles desde las que puedes contemplar el mar.
La decoración muy cuidada, la calidad de sus platos excelentes. Sabores deliciosos en un bonito entorno.
Todo hubiera sido perfecto, a no ser del servicio tan lento entre plato y plato. Una espera desorbirtada, hasta tal punto de quejas continuas en todas las mesas. Por momentos tuvimos la tentación de no acabar la degustación y retirarnos a nuestra habitación a descansar.
Nosotros estuvimos en temporada media (inicios del mes de junio) y me atrevo a suponer que quizás pudiera ser por falta de contrata de personal en cocina.
Un aspecto que no deberían descuidar en un hotel de tal características. Ya que además, ofrecen el servicio a cualquier comensal que desee hacer su reserva, aunque no esté hospedado.
Spa
Y llegamos al rincón con más encanto de todos. Las “cascadas suspendidas”.
¿En qué consisten estas cascadas?
Las cascadas suspendidas, son un recorrido de talosoterapia, situadas a 180 metros de altitud. Está formado por ocho piscinas a distintas alturas y diferentes temperaturas, que dan masajes mediante chorros de agua a alta presión.
Comienzas por la suela de los pies hasta llegar a la cabeza y vas recorriendo de una a otra, en un circuito de aproximadamente 45 minutos.
Realmente es increíble la sensación y el estado de relajación al que llevas tu cuerpo, pero sobre todo tu mente.
Cuando finalizas el recorrido, te espera un tentempié, que en función de la modalidad elegida, puede ser fruta, aperitivo o cena. Nosotros optamos por la fruta, ya que estuvimos a primera hora de la mañana.
Este servicio puedes contratarlo aunque no estés hospedado en el hotel y realmente, merece la pena.
De ahí totalmente renovados, nos fuimos a seguir soñando, descubriendo las maravillas escondidas en esta fantástica isla.
Un hombre que no se alimenta de sus sueños, envejece pronto”.Willian Shakespeare