El lujo rústico, artesanal pero elegante, de cada detalle, nos pareció la opción más auténtica y bonita para vivir nuestra primera experiencia en Maldivas.
A su vez, nos encantó la intimidad de cada villa, pues la construcción está hecha de tal forma que sientes absoluta privacidad, tanto en su interior como en el exterior. También sentimos esa soledad con respecto a otros huéspedes, pues están bastante separadas unas de las otras y no tienen esas paredes o muros que restan visibilidad al horizonte, como veíamos que ocurría en el caso de algunas opciones de otras islas.
En particular, la que tocó nuestro corazón fue la Villa Suite with Pool, así que, esta fue nuestra elección.
Fue todo un acierto la villa con piscina, ya que el océano o laguna no siempre puede estar en excelentes condiciones para el baño, por la comodidad de darte un chapuzón en cualquier momento del día o de la noche, o simplemente por tener la opción de tomar un coctel o disfrutar de un desayuno al tiempo que te refrescas.
Otro elemento que me tiene loca y que está en todas las villas, es la red suspendida sobre el mar.
Muy relajante estar sentados o tumbados tomando el sol después del bañito. ¡Sienta muy bien! pero también me pareció alucinante estar boca abajo y ver cangrejos en los pilares de la villa, peces de colores, tiburones (de los inofensivos y chiquititos, jejeje), mantarrayas gigantes…que pasaban a pocos centímetros de nosotros.
También tengo que destacar el servicio de desayuno, comida o cena en la villa. Con la carta muy amplia y la posibilidad de darte un homenaje gastronómico, con la comodidad añadida de no salir de la habitación. El día que tuvimos una tormenta de lluvia y vientos muy fuertes, interminables, hicimos uso de él en todo momento.
Y aunque pudiera parecer que no es necesario describir todas las estancias, lo cierto es que cada una de ellas es una joya a destacar. La enorme zona de aseo-vestidor cuya protagonista es sin duda la bañera con vistas a la laguna.
La terraza, con camas estratégicamente situadas para ver el atardecer, el amanecer o dormir bajo las estrellas
Y el dormitorio, con una cama tan confortable que solo nos atrevíamos a salir de ella porque fuera tenía muchas zonas rivales, en cuanto a vistas, belleza, confort…
No puedo describir todos los detalles, pero no es por falta de palabras o ganas, simplemente es porque me extendería demasiado en el relato. Para resumir os invito a disfrutar, tanto como lo hicimos nosotros, viendo este video (ver en youtube).