Siglo XVI. Desde las colonias americanas, la Orden de los Jesuitas, asentada en el Monasterio de los Jerónimos de la vecina pedanía de Guadalupe, introduce en la Región de Murcia un producto que a posteriori, durante finales del siglo XIX hasta mediados del XX, la elevarán a ser líder mundial tanto de producción como de exportación y concretamente a Espinardo como la cuna del mismo. Estamos hablando del Pimentón.
Y es aquí, en el antiguo Molino de Pimentón «Tonita» de 1925, tristemente el último existente en la región murciana, donde Julio Velandrino enmarca sus elaboraciones culinarias.
El Molino, restaurado por Francisco Sola, conserva su forma, estructura y maquinaria original, con pequeños toques modernos en el mobiliario e iluminación. Una pequeña puerta al pasado que te envuelve y maravilla. Gracias a esta restauración para su conservación, en 2020 se le otorga una Mención Especial en los Premios de Patrimonio Europeo / Premios Europa Nostra 2020.
Una vez dentro, el ambiente es agradable. No es muy espacioso y el número de mesas son las justas para poder disfrutar de tu intimidad y no molestar a los comensales colindantes.
Siendo aún época de COVID-19, al entrar, nos reciben amablemente y nos indican que pasemos el protocolo establecido. Un acto, que otorga confianza en el local y en su personal.
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Como es habitual en nosotros, cada vez que visitamos por primera vez un restaurante, pedimos el menú degustación. La Taúlla dispone de 2 menús, uno más amplio donde Julio expone prácticamente toda la carta (60€) y otro más corto («Taúlla Chica» 40€). Cada uno dispone de un maridaje, 30€ y 20€ respectivamente.
Comenzamos con un Cava Brut Nature Reserva Mas Codina como bienvenida. Posteriormente nos sorprenden con una exquisita mantequilla de aceituna de cuquillo y pimentón murciano (variedad de pimiento ñora sin ahumar) acompañado por una cesta de variedad de panes elaborados artesanalmente por Casa San Ramón. ¡Espectacular! Hubiera comido sólo pan acompañado por dicha mantequilla todo el día.
Continuamos con una Croqueta de Jamón de Chato murciano, muy melosa con gusto bien equilibrado y la «VikingMarinera», la visión de Julio de lo que sería la típica «marinera» murciana allá por las tierras nórdicas (sustituyendo la anchoa por salmón). En esta ocasión nos acompañaba un blanco Szent Tamás Mád 2016.
Aumentamos el nivel con un Salmorejo de Atún Rojo. Increíble la combinación de sabores en este plato y más aún si lo acompañamos con un Artífice de Borja Pérez (Tenerife). Un blanco con sabor intenso a ahumado que casa perfectamente con el atún. La verdad que a priori el vino te puede dar malas sensaciones, pero una vez acostumbrado el paladar es todo armonía.
Seguidamente, una vez finalizado, pasamos a un Sándwich de Pastrami con ensalada y salsa, acompañado por un blanco Javi Revert Micalet, vino fresco y muy agradable. Aquí uno disfruta como un niño, pues por indicaciones del chef se puede comer, y se debe comer, con las manos. Una pasada. Cabe destacar el emplatado en una Pila de Lavar de piedra. Le viene como anillo al dedo.
Llegamos al summum de la velada con el Arroz Balilla por Solana de Sepia maridado con un O’Morto Godello 2018. Un arroz con esencias y matices de caldero, pero sin quitar la esencia de un arroz. Una maravilla. Excepcional. Indicar que Taúlla tiene la distinción «Espiga Dorada» por la utilización de arroz D.O.P. Calasparra en sus elaboraciones.
Y para finalizar esta velada excepcional, antes de los postres, tenemos un Pastel Criollo relleno de Carne en Crema de Maíz acompañado esta vez por un Tinto Micrit 2017. La combinación de la crema con el pastel es una auténtica delicia y más aún con unos toquecitos picantes que le otorgan las sutiles gotitas de salsa picante, esparcidas, que acompañan a la principal.
Finalmente, llegamos al turno de los postres. En este caso tenemos un prepostre de Tarta de Queso y un postre final de Chocolate con Café. A esto hay que acompañarlo con un estupendo y aromático Porto Niepoort 10 Years Old Tawny. Unos postres muy acordes en texturas que buscan la suavidad y la frescura para una digestión liviana y no una «muerte por empacho» del comensal.
Taúlla de Julio Velandrino, un restaurante donde se combina la magnífica gastronomía tradicional murciana con las técnicas más innovadoras. No deberías dejar pasar la ocasión de visitarlo. No te defraudará en absoluto.
