Allá a lo alto, sobre la loma de los restos amurallados de un antiguo castillo morisco, yergue majestuoso, en Molina de Segura, el Restaurante La Maita.Este nombre tan sigular le viene dado del apodo de Margarita López Riquelme, conocida por todos como «Tía Maita», curandera del pueblo de Molina y muy popular en la Región de Murcia. Nació en 1892 y empezó sus trabajos médicos después de la guerra civil, siendo su especialidad las fracturas de hueso.
Lo mío no se aprende, lo único que yo tengo es gracia.«La Maita»
La Maita
No es nada nuevo que mencione que desde su inauguración en 2013, La Maita, está conquistando paladares a pasos agigantados y pase a estar en boca de todo el mundo por su excelente creatividad en sus elaboraciones y sabores. Voces entendidas, a las que me uno, auguran que será, si continúa por este camino de calidad, más pronto que tarde, agraciado con el famoso galardón de la Guía Michelín.El edificio ha sido restaurado con una fusión de ornamentación en hierro, madera y cristal, dando al conjunto una delicadeza y belleza desbordante. Consta de dos alturas en las cuales y en cada una de ellas se dispone de salón comedor y terraza. Ésta última a disfrutar en las cálidas noches de verano acompañado de uno de los diversos y variados cócteles que disponen en carta.Hago una mención especial a la mesa ubicada en la torre, un rinconcito romántico a la luz de las velas y vistas al cielo estrellado donde, junto a tu pareja, os haréis complices de una velada maravillosa.El servicio en mesa y la atención es correcto, atento y agradable. Aunque el ambiente no es del denominado «alto standing», algo que es de agradecer, ésto no ha mermado en su alto nivel de compromiso hacia el comesal. Un detalle que muy pocos han sabido valorar y que a la larga es uno de los pilares por el que se sustenta un buen restaurante.
Carta / Elaboraciones
Dispone de una carta variada, amplia y muy bien seleccionada. En ella también tenemos dos menús degustación. Es en éstos, donde Tomás Écija, artífice de La Maita, entra en acción para mostrarnos y deleitarnos con sus creaciones y nuevos sabores. Sabores que fusionan a la perfección la cocina japonesa con toques de la tradicional murciana.No acostumbro a nombrar ningún plato cuando realizo mi opinión, pero tengo que hacer una excepción y es que no puedo dejar escapar la oportunidad de mencionar dos de los platos que más me han impresionado, aunque he decir que todos estan de fábula, tanto en la exposición del plato como en su sabor:«Semi salazones a la intemperie con almendras fritas ahumadas», he aquí una obra maestra. Sólo el saber que tanto la elaboración del sazonado como de su secado ha sido realizado por ellos ya denota el querer realizar algo especial. La suavidad de la mojama con un toque suave a sal, hace que se deshaga en la boca sin tener que realizar movimiento alguno es algo digno de alabar. Y atrás no se queda la hueva de mujol, bocado exquisito. Aún salivo al recordarlo, sin duda un plato a repetir en mi próxima visita, que será más bien pronto que tarde.«Trigo meloso de bogavante y papel crujiente de gamba». Vaya por delante que nunca he sido muy «amigo» del Guiso de Trigo o «Trigo Pelao» como es conocido por mi zona, y estuve algo reacio a probarlo, ya que mis «aventuras» anteriores con este producto no habían sido muy placenteras, todo sea dicho. Pero Tomás, con este plato, me ha conquistado para siempre. Su cremosidad y su punto de coción en boca entremezclado con los sabores del bogavante es algo sublime. Y si todo esto viene acompañado de una presentación en un «mini» torreón de barro, el encanto está totalmente conseguido.En definitiva, en «La Maita», encontrarás un equilibrio perfecto tanto en calidad del producto como en precio. Un restaurante para ir y no dejar de volver.
Apasionado por la tecnología, el diseño y la fotografía, combino informática y creatividad en el desarrollo web. Amante de la gastronomía, el deporte y los viajes, siempre en busca de nuevas experiencias que me inspiren.