El restaurante La Colline, en Fira (Santorini), es una joya gastronómica que combina la belleza de un entorno moderno con una escena culinaria de ingredientes locales junto con la robusta elegancia de la cocina francesa.
La Colline
Tranquilo, elegante y silencioso. Cuando estás en el umbral del pórtico griego de la puerta principal (si optas por entrar por el hotel) ya vislumbras que estas ante un lugar que quiere plasmar la magnificencia de la antigua Grecia.
La recepción del hotel al más puro estilo modernista. Una belleza para los sentidos.
Tipo de Mesas
El restaurante se encuentra en una terraza descubierta en dos alturas (escalones) donde podemos diferenciar las distintas distribuciones según el tipo de mesa que hayamos reservado para nuestra velada.
En el primer escalón, se encuentra la mesa panorámica «The Panoramic Table» junto a una inmensa piscina infinita y una vista en panorámica bellísima. Si te ha maravillado, sólo para la reserva de la mesa serían 250€ donde se incluye una bonita decoración de la misma con champagne y velas. El precio de la cena no está incluido ni se descuenta. jejeje ¿A que ya no parece tan bonita?
En la segunda, un escalón más abajo, una hilera de mesas y un pequeño muro te separan de una caida de más de 300 metros al mar. Lo que se traduce en una cena al borde del acantilado con unas vistas espectaculares y maravillosas a la caldera, al mar Egeo y por supuesto al atardecer. Aquí se encuentran las «Cliff Table» (la que nosotros elegimos). La reserva de la misma son sólo 20€ por persona. Eso sí, te informan que sólo dispondrás de la mesa y la cena durante 2h y media. Tiempo más que de sobra. Nosotros no tuvimos problema ya que eso se aplica siempre que haya reservas posteriores, así que estuvimos el tiempo que estimamos oportuno. Ahh, aquí el importe de la reserva sí se descuenta de la factura final.
En esa misma distribución, el restaurante dispone de la mesa «Belvedere Table», ubicada en un pequeño balcón para una intimidad y romanticismo más exclusivo aún. Para su reserva se requiere un depósito de 300€ (mesa con velas y champagne incluido). Pero como sucede con la «Panoramic» tampoco está incluida la cena ni descuento final en factura.
Uno de los momentos cumbre y especiales del restaurante es, sin duda, la puesta de Sol. En este sentido La Colline ofrece una vista panorámica perfecta para disfrutar de este momento. La combinación de sabores exquisitos, el ambiente relajado y el esplendor de la puesta de sol hace que sea una experiencia inolvidable. El otro momento estrella es el servicio de su postre especial, pero de ello os hablaré más adelante.
Cocina
La experiencia culinaria es igualmente cautivadora a la sensitiva. El chef, con su creatividad y pasión por los productos locales, ofrece una cocina mediterránea, contemporánea, artística con pequeños destellos de fusión de la cocina francesa que deleita tanto al paladar como a la vista.
Dispone de una carta de vinos amplia y cuidadosamente seleccionada, tanto en vinos locales como internacionales, que complementan perfectamente los sabores de los platos. Los camareros, muy amablemente, ofrecen recomendaciones de maridaje, brindando así un servicio excepcional que contribuye a la mejora de la experiencia.
El Chef: Jerome Coustillas
Jerome Coustillas ha trabajado en algunos de los mejores restaurantes y hoteles de todo el mundo, colaborando así mismo con algunos de los nombres más importantes de la gastronomía. En su carrera ha ocupado puestos en famosos restaurantes así como Consultor y Chef Privado del Príncipe de Marruecos hasta el año 2000, que se trasladó a Rusia para continuar su búsqueda culinaria como Consultor y Chef en Restaurantes de alta gama.
Con más de 30 años de experiencia en la industria culinaria, Jerome Coustillas ha conseguido perfeccionar el fino equilibrio entre sabor, textura y aroma para crear platos inspiradores que elevan la experiencia gustativa a otro nivel. Su pasión: tentar y sorprender el paladar culinario de todos y cada uno de los comensales.
Menú/Carta La Colline
La Colline ofrece por 165€ (235€ con maridaje) un menú degustación compuesto por 5 platos (dos entrantes, un pescado, una carne y el postre). En esta ocasión, visto que el precio no se ajustaba a lo que nos ofrecían en el menú degustación, decidimos pedir a la carta y creemos que acertamos.
Antes de la cena (aunque durante también nos acompañaron), y aprovechando esas maravillosas vistas del atardecer, apetecían unos cócteles y comenzamos con ellos, ¡claro que sí!. Selema degustó Un Bouquet de Lavande compuesto por Ginebra, St. Germain (Licor de flor de saúco. Está hecho con pétalos de Sambucus nigra de la región de Saboya en Francia. Cada botella está numerada con el año en que se recolectaron los pétalos), sirope de lavanda, sirope de violeta, clara de huevo y zumo de limón.
Yo, en esta ocasión, me decanté por un cóctel fresquito y sencillo: un Moscow Mule (Vodka, Zumo de lima y Cerveza de Jengibre). Ambos deliciosos y perfectos para contemplar la puesta de sol.
Comenzamos la cena con una aperitivo de la casa: Pulpo seco a la brasa sobre cama de queso feta. Todo un detalle por parte del restaurante y una exquisitez. Grecia y Santorini en un bocado.
Continuamos con un plato fresco y de nuestra España (nos entró morriña) un Gazpacho andaluz. Una presentación muy buena y el plato muy rico. Obviamente no está igual de riquísimo que aquí, pero está muy pero que muy bien defendido.
Seguimos con uno de nuestros platos fetiche allá donde vayamos tenemos que degustar. Se trata (seguro que ya lo habéis adivinado) de Ceviche de lubina del Egeo, marinada de algas y cítricos. Riquísima.
El siguiente plato es una Lubina mediterránea en costra de sal marina y salsa vierge. Pescado super fresco, riquísimo y muy sabroso. El sabor de la salsa junto con sus ingredientes escenificados a modo de guarnición una delicia.
Para finalizar, y antes del esperado postre, degustamos una sabrosísima Pechuga de pato con mousse de fava (puré de habas acompañado de cebolla picada, zumo de limón y aceite de oliva) y frutos secos. Sabor muy bueno, nada dura y la salsa una pasada. ¡Riquísimo!
Y como os comentaba al inicio, otro de los momentos cumbre que tiene La Colline es sin duda su postre estrella: ®The Santorinian Volcano (Marca registrada nº 017917884 por la EUIPO el 19/10/2018). Formado por un cremoso y delicioso merengue italiano con forma de volcán con un interior de helado de vainilla para la capa baja y fresa para la alta al cual se le baña con una salsa de frutos rojos que al contacto con el helado ebulle sin parar representando así la erupción de un volcán. Sólo diré que es como estar en el Olimpo. Creo que no probaré nada parecido en sabor, texturas y presentación.
Para finalizar la velada, unos Petit four deliciosos acompañados por un exquisito vino dulce de cereza. Final perfecto.
La Colline es un restaurante que te permite experimentar el «Art de Vivre» con sabores excepcionales de la cocina francesa e inspiraciones de su famoso chef con los mejores ingredientes de las tierras volcánicas de las Cícladas.
Restaurantes bonitos con vistas hay muchos, pero sólo éste te ofrece la oportunidad de disfrutar de un exquisito y espectacular postre que simula una erupción volcánica. Todo mientras tú mismo te encuentras sentado justo en la ladera de una caldera de un volcán. Sólo por ello ya merece la pena decantarte por éste restaurante. Nosotros así lo hicimos (lo elegimos por el postre jejeje) y aún estamos maravillados. Si tenéis oportunidad de poder venir, no dudarlo, pues será una experiencia que seguro superará todas las expectativas.