En las suaves colinas de Sardón de Duero, en la provincia de Valladolid, se alza uno de los hoteles más singulares de Europa: Abadía Retuerta LeDomaine. Lo que en el siglo XII fue un monasterio premonstratense, hoy es un enclave de paz, historia y sofisticación donde la espiritualidad medieval convive con el confort contemporáneo.

La Abadía: Su Historia
El origen del conjunto se remonta al año 1.146, cuando un grupo de canónigos de la orden de San Norberto se asentó en esta parte del valle del Duero, una tierra fértil, silenciosa y bendecida por el curso del río. El topónimo “Retuerta” (del latín «Retortus»: retorcido) hace referencia al meandro o curva que forma el río a las espaldas de la Abadía.

La abadía, construida en sobrio estilo románico con algunos elementos cistercienses, fue durante siglos un centro de vida espiritual y agrícola.

El conjunto monacal incluye la iglesia, el claustro, la hospedería y áreas agrícolas, y fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1.931, posteriormente catalogado como Bien de Interés Cultural.

La comunidad monástica permaneció activa hasta la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, tras la cual el edificio cayó en progresivo abandono.

Puedes ampliar información sobre la historia de la Abadía en nuestro post «Abadía Retuerta».

Abadía Retuerta LeDomaine: El Hotel
En 1.988, el Grupo Novartis (antes Sandoz) adquirió la finca y emprendió una restauración meticulosa del monasterio, que incluyó adaptaciones para uso vitivinícola y turístico. El hotel Abadía Retuerta LeDomaine abrió sus puertas el 22 de marzo de 2.012 tras recibir el prestigioso premio «Europa Nostra» a la conservación patrimonial.

En 2.016 fue elegido Mejor Hotel de España por TripAdvisor y Club de Gourmets, y figuró entre los «50 Mejores Hoteles del Mundo» en el diario británico The Telegraph.

La abadía conserva la sobriedad de su arquitectura románica y gótica, pero hoy acoge espacios de diseño que miran al futuro. Los muros de piedra, testigos de ocho siglos de historia, se integran con un interiorismo donde predominan los tonos neutros, las maderas nobles y los tejidos naturales, mientras las estancias han sido transformadas en habitaciones y suites que respetan el carácter original del edificio.


El claustro, el refectorio y la sala capitular siguen siendo el corazón espiritual del conjunto, ahora reinterpretados con una nueva función.

El hotel no solo se limita a la hospitalidad: también se ha convertido en un pequeño museo. Entre sus pasillos y salones se exhiben esculturas contemporáneas, tapices y obras de arte adquiridas para dialogar con la solemnidad de la abadía.

La idea es que cada estancia se sienta como un recorrido cultural, donde el huésped no solo descansa, sino que también contempla y descubre.

Entre las piezas se encuentran esculturas que juegan con el contraste entre piedra y acero, tapices que evocan escenas históricas y pinturas de artistas contemporáneos que conviven con capiteles medievales y arcos centenarios.


El Entorno
El entorno inmediato del hotel es un espectáculo natural en sí mismo. Rodeado por más de 700 hectáreas de viñedo y bosque, el paisaje invita al recogimiento y a la contemplación. Aquí, el Duero, toma el papel de una presencia constante que marca el ritmo de las estaciones y de la vida.

Pasear entre los viñedos, explorar los caminos en bicicleta o a caballo, o incluso sobrevolar la finca en globo son solo algunas de las actividades que el Hotel Abadía Retuerta LeDomaine propone a sus huéspedes. Toda una aventura.

A esta riqueza paisajística se suma el histórico Jardín de los Monjes, un espacio recuperado que en su día sirvió de lugar de meditación y cultivo para la comunidad religiosa que habitaba la abadía.

Hoy, convertido en un remanso de paz, combina la memoria monástica con el diseño paisajístico contemporáneo, ofreciendo al visitante un lugar ideal para perderse entre sus rincones.

Junto a él se encuentra el Huerto Orgánico, corazón verde del hotel, de donde se obtienen muchas de las verduras, hierbas aromáticas y hortalizas que nutren la oferta gastronómica de sus restaurantes. Una forma de cerrar el círculo entre tierra, mesa y tradición, manteniendo viva la filosofía de autosuficiencia y respeto al entorno que caracteriza a Abadía Retuerta LeDomaine.

Las Estancias
El hotel cuenta con 27 habitaciones dobles y 3 suites, algunas situadas en el edificio de las antiguas caballerizas con acceso directo al spa. La decoración respeta la austeridad histórica, combinándola con materiales nobles, iluminación natural y vistas hacia los viñedos y patios monacales. El enfoque es de “un lujo tranquilo”: mayordomía 24h, carta de almohadas, amenities personalizados… una sofisticación discreta que prioriza la autenticidad y el bienestar.

En 2013 el hotel entra a formar parte de la prestigiosa y selecta red Relais & Châteaux. Esta asociación internacional, fundada en 1.954 en Francia, reúne a los hoteles y restaurantes más exclusivos del mundo bajo una filosofía común: excelencia en la hospitalidad, gastronomía de autor y un compromiso profundo con la cultura y el entorno.

No se trata de una cadena, sino de una familia de establecimientos singulares que apuestan por experiencias auténticas y un servicio a medida. La presencia de Abadía Retuerta LeDomaine en esta red no solo avala la calidad de sus instalaciones y su cocina, sino que también lo convierte en embajador de ese «art de vivre» (arte de vivir) que define a Relais & Châteaux, donde tradición, paisaje y alta gastronomía se entrelazan en un mismo relato.

Gastronomía
La experiencia en Abadía Retuerta LeDomaine trasciende el concepto de hotel: aquí la gastronomía se convierte en un viaje sensorial tan ligado al territorio como a la innovación. Cada uno de sus espacios culinarios ofrece una interpretación distinta del paisaje, del viñedo y de la tradición castellana, siempre bajo la premisa de la excelencia y el respeto por el producto local.

Refectorio
El restaurante Refectorio es la joya de la corona. Reconocido con una estrella Michelin, una estrella Verde y dos Soles Repsol, este restaurante recupera el antiguo comedor monástico para convertirlo en un templo gastronómico de vanguardia.

Su propuesta se articula en dos menús degustación (Origen y Legado) que beben de la despensa local, interpretando la tradición con mirada contemporánea y dejando que el vino inspire cada plato.

La Vinoteca
En un registro más desenfadado aparece La Vinoteca, situada sobre la Cueva (la antigua cilla o almacén de la abadía), hoy convertida en bodega privada del hotel.


Aquí el ambiente invita a compartir, con una carta que celebra la sencillez sofisticada del producto de la tierra y con la posibilidad de degustar hasta cuarenta referencias de vino. Una opción ligera, pero con carácter.

Calicata Terroir Bar
Quienes buscan experiencias singulares encuentran en Calicata Terroir Bar un escenario único: al aire libre, rodeado de viñedos y pinares. Es el lugar ideal para cerrar la visita a la bodega con una propuesta gastronómica fresca, ligada al huerto orgánico del hotel y a los productores locales. Vinos de la propia finca y otras etiquetas completan esta vivencia inmersiva en pleno paisaje ribereño.

Terraza de la Hospedería
El disfrute continúa en la Terraza de la Hospedería, un jardín vivo que se abre a las vistas de la Abadía.

En este espacio, la cocina regional se ofrece en clave clásica, acompañada de cócteles de autor y un valor añadido inolvidable: la posibilidad de contemplar el cielo estrellado del valle del Duero gracias a un telescopio instalado para los huéspedes.

El Jardín del Claustro
Durante los meses de verano, el protagonismo lo toma El Jardín del Claustro. Este enclave histórico se llena de vida con desayunos a la carta y con la propuesta veraniega de Vinoteca para las cenas, en un entorno que fusiona el encanto arquitectónico de la abadía con la frescura del aire libre.



Wellness & SPA
Otro de los grandes atractivos del hotel es su Santuario Wellness & Spa, inaugurado en 2.015 en las antiguas caballerizas.

Excavado bajo tierra para no alterar la silueta histórica del conjunto, el spa sorprende por su arquitectura diáfana, la abundancia de luz natural y una carta de tratamientos que incluye desde vinoterapia hasta sesiones de meditación con cuencos tibetanos (VibraHealing).

Un pozo de agua pura a 120 metros de profundidad abastece las instalaciones, que incluyen piscina climatizada, sauna, gimnasio y zona de yoga.


Además, el spa ofrece experiencias únicas como el “Spa Sommelier”, que marida tratamientos con catas de vino y aceite de oliva.


La Bodega
La historia moderna de Abadía Retuerta Le Domaine no puede entenderse sin su viñedo. Éste, tras la desamortización, cayo en declive en lo que a producción de vino se refiere. Por un lado, la aparición de la filoxera a principios del siglo XIX; de otro lado, las políticas agrarias que favorecían el cereal lo aceleraron, hasta el punto de que a finales de los años 60 se arrancaron la mayoría de las cepas.


Dato Curioso: En la década de 1980, apenas quedaban vestigios de la tradición vinícola que había marcado la historia del lugar durante ocho siglos.
En 1988 el Grupo Novartis (antes Sandoz) adquiere la finca y, tras vislumbrar su potencial vitivinícola e histórico, realiza la recuperación del viñedo histórico de la Abadía.

La bodega, inaugurada en 1996, está diseñada por el enólogo francés Pascal Delbeck, consolidada por Ángel Anocíbar, e incorpora técnicas avanzadas como vinificación por gravedad y depósitos elevados con grúas. La finca comprende 700 hectáreas, de las cuales solo se cultivan los suelos más adecuados, en 54 pagos individuales, plantados con una sola variedad por pago.

En 2.022 consiguió un hito único: la creación de su propia denominación de origen protegida, la DOP Abadía Retuerta, convirtiéndose en una de las pocas bodegas españolas con este reconocimiento exclusivo.

Este sello certifica la calidad de sus vinos y su arraigo territorial, sustentado en una tradición de más de ocho siglos, en prácticas agrícolas sostenibles y en la capacidad de adaptación al cambio climático.

Sus vinos reflejan el carácter del terruño, marcado por suelos diversos y microclimas que permiten trabajar parcela por parcela. Entre los referentes se encuentran Selección Especial, un tinto que ha sido reconocido entre los mejores vinos del mundo por su equilibrio y complejidad; Pago Negralada, elaborado con Tinta Fina y de gran potencia; o Pago Garduña, un Syrah de sorprendente elegancia en un territorio dominado por la tempranillo. Cada botella es un ejercicio de precisión enológica y respeto por la tierra.

Visita a la Bodega
Las visitas están abiertas incluso para quienes no sean huéspedes. Ofrecen recorridos en 4×4 por la finca —donde se pueden ver encinas centenarias y fauna local— y catas. Nosotros la realizamos y quedamos encontados y maravillados.



Además, hay experiencias enoturísticas como vendimia, talleres de cocina, paseos botánicos, recorridos a caballo o en bicicleta, incluso vuelos en globo o rutas en todoterreno.


Un destino donde todo se une
Abadía Retuerta LeDomaine trasciende el concepto de hotel de lujo gracias a su coherente integración con la historia (s.XII), la cultura, el arte y el territorio, ofreciendo una experiencia inmersiva y respetuosa con el entorno.

En un mundo que a menudo confunde el exceso con la excelencia, Abadía Retuerta LeDomaine demuestra que el verdadero lujo es, en realidad, una forma de silencio. El silencio de una abadía medieval que, ochocientos años después, sigue escuchando.

